domingo, 30 de enero de 2011

Piña roja rayada


Hela tenía que hacer algo para que los pensamientos amargos no se la devorasen viva. Así que se le ocurrió hacer una ensalada de piña con limón para comerla en compañía de Hela.
Tomó el rayador, un gran trozo de piña un poco congelada y mientras rayaba, en su mente había remolinos nebulosos de muchos colores que parecían camiones chocones que se estrellaban contra las paredes de su cráneo provocándole una fuerte jaqueca. En otro esfuerzo de olvidar buscó su reproductor de música, le subió el volumen al 100%  y continuó rayando la piña mientras cantaba con un toque de histeria ‘’ Walking on sunshine’’ a todo pulmón.

No importaba que tan rápido rayara la piña ni que tan fuerte cantara, aun en su mente ululaban esos pensamientos ahora acompañados de imágenes. Hela sintió punzadas de dolor, pero no tenía idea de dónde venían… -Eso  me hirió como puños en el hígado’’ Pensó Hela mientras dejaba fluir con resignación los caminos de agua de mar por sus mejillas que tanto intentó retener. Luego de un minuto  notó  que ya había rayado la piña por completo y que sin darse cuenta había rayado gran parte de los dedos de su mano derecha también. -¡Oh mierda! Expresó mandando a volar debajo de la mesa el reproductor, revolvió la piña rayada en un intento de ocultar las partes manchadas de sangre por lo que acabó siendo un montón de piña roja rayada, dio un suspiro de derrota y se encaminó a lavarse y envolverse los dedos rayados en un paño con Isodine, se puso una liga alrededor para apretar el paño y detener el sangrado prolongado espontáneo y se dedicó a terminar la ensalada de piña roja con limón –‘’ no se ve muy grave, no será necesario ir al médico’’.

Un poco de limón, agua de mar, azúcar, agua de mar, sal…
Hela puso un individual en la mesa y sirvió el plato de su ensalada favorita
-Se ve bien- soltó hela.
-¡Prueba!-  se exigió hela con emoción.
Hela se llevó la cuchara a la boca con decisión.
-Está un poco salada y un poco roja- Se quejó hela arrugando la nariz.
-Mch si, se me fue la mano, literalmente. Ya habrá alguien que me suministre un poco de lo que he perdido.

Hela! Hela!
¿Si hela?
No siento los dedos, cambiemos el paño otra vez.
Durmamos un ratito- se dijo hela entre suspiros- pronto estaré bien otra vez…





Dedicado a hema lazaro (1926-1945) la primera mujer con hemofilia en el condado de alpine –california y una de tantas con problemas y pocas soluciones valederas.

pd: (esa pequeña dedicación es para un ser poco conocido puesto que hema lazaro vive solo en mi imaginación)

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